WELLS & FARGO
Topo Soft (1988)
Programa: Emilio Martínez, José Manuel Lazo
Gráficos: Ricardo Cancho
Sonido: Gominolas
Tipo: Arcade: acción
Memoria: 48K
En la época de los 8 bits fueron numerosos los intentos de reflejar la dura vida del Wild West, obviamente cada uno de ellos con diferente resultado: hubo grandes juegos, como West Bank, buenos juegos, como Desperado, juegos aceptables como Express Raiders, Back to the Future 3 o el ya comentado aquí, Dead or Alive (aunque éste pertenece a la época homebrew), y algún que otro bodrio (Spaguetti Western). Como en la mayoría de temáticas que pasaron a videojuego, hubo de todo un poco, aunque en este caso, este juego de Topo Soft que nos ocupa tendría que incluirse en el de juegos que sí deberían recordarse; vamos, que es todo un juegazo, aunque algo complejo y complicado al principio.
Fenomenal conversión a píxeles por parte de Ricardo Cancho de la carátula de Azpiri. El trabajo gráfico del juego es encomiable, tanto durante la acción propiamente dicha, como en otros detalles como el que veis ahí arriba.
La historia, a pesar de basarse y desarrollarse en el ya manido tema del
western, presenta en este caso un poco más de originalidad, ya que, en esta ocasión,
debemos conducir una diligencia y controlar a sus pasajeros para
intentar cumplir nuestro objetivo, que no es otro que conseguir
entregar el dinero que transportamos al correspondiente banco situado al final de cada
una de nuestras paradas, llegando finalmente a Valdecañas city, nuestro ansiado destino (si habéis conseguido terminar el juego, ya me entendéis).
La mecánica o desarrollo del juego, para ser un arcade
“clásico”, posee algunas novedades interesantes, ya que, aparte de
sortear el ataque de los numerosos enemigos (tanto estáticos que nos acechan y disparan, como
móviles, a lomos de caballos) para llegar a nuestro destino, al mismo
tiempo habrá que evitar que la diligencia acabe siendo destruida (el
camino está lleno de baches que irán minando su estructura), o que
los hombres que van en ella sean liquidados. Este es un punto
clave del juego, ya que el hecho de poder controlar la diligencia, que
se mueve por toda la pantalla en varios planos, y al mismo tiempo
poder manejar a los hombres que van montados en ella le da un toque
de complejidad y, en cuanto cojáis el truco, de adicción. Además,
nuestros valientes hombrecillos están armados con una escopeta, con
lo que su papel en el juego pasa a ser clave también, ya que esa será
la única manera de eliminar a los enemigos que aparecen en pantalla
en casi en todos los rincones
Nos caen por todos lados! Al principio, el juego puede parecer excesivamente difícil, con enemigos y balas por doquier, más el añadido de controlar la diligencia. Vamos, que las primeras partidas pueden durar pocos minutos... El típico juego que requiere bastante aprendizaje y paciencia al principio, pero que luego se convierte en un desafío muy apetecible.
En el apartado de realización y acabado, el juego es una maravilla; los gráficos son exquisitos, los escenarios son detallados, variados y muy realistas, lo que nos hará sentir como si estuviéramos en pleno desierto de Colorado en 1820, y, además, tienen mucho color y por cierto, muy bien distribuido en pantalla. Los sprites de los personajes y del resto de elementos también están a un nivel muy alto, ya que, aunque los son pequeños en general, el nivel de detalle es impresionante. La diligencia, con sus correspondientes caballos también está muy bien diseñada. Chapeau en lo visual para Ricardo Cancho. Y en el sonido, casi podríamos decir lo mismo: al cargar el juego escuchamos la habitual melodía (por el estilo inconfundible) bien ambientada de Gominolas (es increíble lo que conseguía este hombre con el beeper del 48K, melodías que se identificaban totalmente con la temática del juego en cuestión), que nos introduce en la aventura, y más tarde durante la acción se escuchan efectos de sonidos de disparos, muertes, y el galope de los caballos, que también está muy bien conseguido. Nada que objetar, como veis, todo al contrario.
No solo nuestro hombre armado podrá ser alcanzado por las balas enemigas, sino que el conductor de la diligencia tambien es objetivo enemigo, y además, bastante más vulnerable, ya que está expuesto a ellas sin poder hacer nada al respecto (salvo mover rapidamente la diligencia). La gracia del juego está en gran medida en la posibilidad de controlar simultáneamente tanto al conductor (y por lo tanto, a la diligencia), como al francotirador. Complejo, pero original y entretenido cuando le coges el truco.
Movimiento: la clave de la diversión y la
jugabilidad de este programa está aquí; si conseguimos
acostumbrarnos a manejar la diligencia al mismo tiempo que el franco
tirador situado en ella, el juego nos resultará muy interesante. Me
explico; en realidad, como más o menos expliqué antes, manejamos
dos personajes al mismo tiempo, o, mejor dicho, estamos a los mandos
de dos sprites: el conductor de la diligencia (o sea, la propia
diligencia), a la que guiaremos por toda la pantalla usando las
cuatro teclas de dirección, y al mismo tiempo manejamos al franco
tirador aunque éste solamente puede moverse en la dirección en la
que apunta con su arma (8 direcciones diferentes, ya que hay
diagonales). El truco consiste en que, al mismo tiempo que movemos la
diligencia, el franco tirador cambiará su disposición, mirando
hacia esa dirección. Por tanto, aunque la diligencia se mueva
ligeramente al pulsar ligeramente una tecla de dirección, el
francotirador apuntará a esa misma dirección; y ahí está una de
las claves para poder manejar y disfrutar bien el juego, en poder
controlar bien ese detalle. Aparte, nuestro cowboy armado también se
puede agachar en el techo de la diligencia cuando pulsamos la tecla
de disparo un tiempo prolongado (lo que también es bastante útil),
siendo totalmente inalcanzable a los disparos de los enemigos. Al
cabo del tiempo nos daremos cuenta, que ambos personajes, o gráficos,
tienen bastante independencia entre sí, a pesar de moverse al mismo
tiempo, así que si sabemos combinarlos correctamente veremos que el
juego no es tan imposible.
Nuestro francotirador puede apuntar en 8 direcciones distintas, las mismas en las que podremos mover la diligencia. La rapidez a la hora de aniquilar enemigos será vital, ya que conforme se vayan acumulando en pantalla, el número de balas se hará crítico, con la consiguiente pérdida de vidas. Si crees que se te da mejor esquivar, mantén pulsado disparo y el francotirador se esconderá tumbado en el techo de la diligencia.
Aparte del hecho de lo complejo del manejo, este juego
tiene un nivel de dificultad bastante ajustado, tirando a pelín
difícil, ya que la cantidad de enemigos es algo elevada, lo que
combinado con los peligros del terreno, hacen que nos sintamos en
algunos momentos bastante agobiados, aunque al superar esas
situaciones nos invadirá una sensación de éxito bastante
importante, que nos hará ver que realmente estamos mejorando en el
manejo del programa de Topo. También hay pequeñas triquiñuelas y
estrategias para avanzar, como dejar pulsada la tecla de disparo
continuamente para evitar que nuestro vaquero sea eliminado, ya que
éste se agachará (como hemos explicado antes) y será invulnerable
tanto a los disparos enemigos como a los baches. Lo malo en este caso
es que la diligencia irá sufriendo bastante ya que al dejar el botón
de disparo pulsado, ésta se queda inmóvil, al no ser posible
moverla mientras el francotirador está agazapado. Por tanto, es
básico ir combinando momentos donde prime proteger la diligencia
evitando los baches con otros donde es preferible matar enemigos. Esa
es la salsa del juego, y lo que lo hace tan interesante una vez
familiarizados con los controles, que se pueden seguir varias estrategias diferentes para superar cada nivel: puedes optar por intentar acabar con todo lo que aparezca en pantalla a lo machote, o puedes utilizar una táctica más centrada en esquivar y proteger a tus hombres, y combinarlas en cualquier momento de la partida. Por cierto, os animo a que
intentéis completarlo, tiene uno de los mejores finales de la época
Spectrum, con carga aparte para la escena final... y no vale verlo en youtube! :P
Tanto casas, establecimientos, arbustos, y otros elementos del decorado están magistralmente pixelados en el juego. Ayuda a que los largos paseos recorriendo el desierto se hagan más amenos. También nos pueden servir para determinar más o menos a qué altura del nivel nos encontramos.
En lo negativo, es fácil darse cuenta de que no es un
juego al que se entre rápidamente, sino que requiere cierta
habilidad, tiempo y paciencia. Si el nivel de dificultad se hubiera
situado un pelín más bajo, seguramente hubiera tenido más éxito (de hecho es un juego del que apenas se habla en la escena retro, ni es recordado especialmente por gran parte de los ex-usuarios y actuales usuarios de Spectrum).
Por lo demás no hay ningún otro gran pero que reprochar.
Si no tienes cuidado con los baches, tu diligencia acabará así. Otra muestra de lo cuidado que está el juego a todos los niveles, con detalles como este.
Seguramente poca gente llegó a sacarle todo el jugo a este juego, ya que requiere más tiempo y habilidad que otros programas de adicción y jugabilidad inmediata. Se necesita un poco de paciencia y oportunidades, pero si se las dais, seguramente no os defraudará. Recomendado para jugones expertos y que además tengan suficiente tiempo para dedicar a un solo juego.